Hoy les hablaré de un amiguito de todos, Galileo.
Galileo Galilei nació en 1564 en nuestra deliciosa (por la comida) Italia. En Pisa, una región de la Toscana conocida gracias a su torre inclinada. Menciono esto por la famosa (y falsa) historia de Galileo y de que tiró objetos. Ahora, todos conocemos esa historia, Galileo, por probar que Aristóteles estaba mal ya que decía que los objetos caían según su peso, tiro algo pesado y una pluma. Esto es falso, pues (y Galileo lo sabía) por la resistencia del aire si se notaría diferencia.
Su padre fue un músico conocido llamado Vincenzo y su mamá Guilia. Su papá es realmente de quien se habla, pues es de quien aprendió mucho. Galileo tuvo una infancia, pues, normal. No traumática como la de Kepler o Newton, simplemente placentera y disfrutable. Su familia tenía dinero y muchos libros, además de que su papá le enseñó música a Galileo y Galileo tuvo con qué aprender ciencia. Era un chico brillante, y con una personalidad no loca (hablo después de conocer a Kepler).
Estudió varias cosas a medias en varios lugares, hasta que se decidió por la ciencia. Digo, era tan culto para este punto que hizo un escrito del análisis del infierno de la Divina Comedia (la de Dante). Fue maestro de matemáticas en la universidad de Padua. Hasta ahorita pues no es muy importante, aunque ya está haciendo su nombre. Es en este periodo donde hace su mecánica, pero su libro fantástico de mecánica viene mucho después.
Lo que lo volvió famoso fue el telescopio. Muchos creen que Galileo lo inventó, pero no, él no lo inventó. Galileo se enteró de unos holandeses que construían los telescopios, y decidió copiarles. Era una persona sumamente talentosa con las manualidades y a prueba y error logró hacer un telescopio. No sabía cómo funcionaba, pero lo hacía, y eso le bastaba. Se lo presentó al Senado como su telescopio (con “su telescopio” se refería a que era suyo como es mío este juego de pokémon, aunque yo no lo haya creado). El telescopio pues tenía muchas aplicaciones para el senado, en especial en Venecia para ver barcos a lo lejos, o cosas así. Galileo lo que hizo es ver las estrellas. Esto tampoco es nuevo, pero es Galileo quien hace constante estas observaciones.
Aquí va otra cosa de la personalidad de Galileo. Galileo lo que quería era él observar el cosmos, y se enojaba si alguien más lo hacía. Quería que aceptaran el telescopio (e incluso jesuitas lo hacían, a pesar de que era un telescopio no muy bueno a comparación con los de ahorita) pero no observarán el cielo, sino que sólo se llevara Galileo el crédito. Observó grandes y muy importantes cosas. Las lunas de Júpiter son unas.
Aquí antes de seguir con las observaciones de Galileo les hablaré de historias divertidas. Primero que nada, déjenme les cuento que Galileo sus observaciones las veía, lo ponía en una frase que hacía anagrama y publicaba el anagrama. Luego checaba las observaciones y después de que estuviera seguro, revelaba lo que los anagramas decían. Por supuesto, nadie se ponía a checar los anagramas, más que una persona, ¿quién creen? KEPLER! J Nuestro perrito sarnoso se ponía a descifrar los anagramas de Galileo. Recuerdan que en la parte 2 de Kepler… les platiqué de la otra carta, pues aquí les contaré más. Galileo le mandó un libro del cual hablaré en un ratito a Kepler para que le diera su opinión. Kepler, tan genial, le envía una carta a Galileo diciendo que está fantástico, creyendo cada observación, pues es de su amigo Galileo, en el cual ha estado pensando todo este tiempo. Eso ayuda a Galileo, pues Kepler era el matemático imperial de Praga, y pues eso lo pone en el mapa. Bien, pues Kepler se ponía a resolver los anagramas de Galileo, no atinando, pero puso algo que me fascina (y que fíjense qué chistoso). Galileo observó las fases de Venus, y en el anagrama (claro, esto ya está como debería) Galileo lo dice como: “La madre del amor emula las formas de Cynthia”. Kepler lo interpretó como “Júpiter tiene una mancha roja que gira matemáticamente” WOWWWW!! Kepler le atinó!! (sí, soy fan de Kepler). Por cierto, Kepler, cuando se entera de las Lunas de Júpiter dice (y aaaww, hermoso) que hay vida en Júpiter, lo afirma, pues si la Luna en la Tierra es el espectáculo hermoso que es, entonces con 4 (es que había visto sólo 4 Lunas) será precioso, y tiene que haber alguien que disfrute ese espectáculo. También dice que por simetrías, como la Tierra tiene una Luna y Júpiter tiene 4, Marte tiene 2 (así, afirmando, y pues, le atinó).
Ok, regresando a Galileo después de la pausa de mi amiguito Kepler, Galileo también observa los anillos de Saturno, diciendo que son como orejas. Como ya dije, observa que Venus tiene fases. Ahora, ese es el más importante, pues esa es la prueba definitiva de que Ptolomeo está mal y Copérnico va por buen camino, y entonces Galileo hace su libro “Siderus Nuncius” (el mensajero sideral) en el que habla de sus observaciones y de esto, afirmando la veracidad del copernicanismo.
Por ahora no pasa nada, pero como les contaré en la siguiente entrada, Galileo empezará a hacer unas cuantas cosas que enojarán a la inquisición.